ROMANCE DEL MORO CAUTIVO



¿Moros y cristianos?. Pues sí, es lo que Góngora planteó en este poema hace ya 400 años. Por eso imaginé este decorado. Si no os gusta pues eso, os inventáis otro o, "son lentejas".

COMPETENCIAS. COMUNICACIÓN LINGÜÍSTICA.
Los niños con este teatro practican la declamación y la recitación con lo que en sí conlleva de vocalización correcta y entonación adecuada. Otra cosa, ahora se habla de lo "politicamente correcto", de la "Alianza de Civilizaciones" y de mil cursilerías más. Antes esto mismo se llamaba caballerosidad y sentido del honor. En definitiva, respeto a los demás. Siempre será bueno enseñarlo y...ponerlo en práctica.

CULTURAL Y ARTÍSTICA. Se trata en este romance de uno de los llamados “romances fronterizos”. Escrito por Luis de Góngora en el siglo diecisiete cuando ya se habían olvidado las guerras entre moros y cristianos y solo quedaba un recuerdo libre de odio y rencor. El poeta se recrea en lo caballeresco. Para resaltar lo cultural podemos esmerarnos en el vestuario y la caracterización de los personajes procurando ser fieles a la historia.

SOCIAL Y CIUDADANA. Góngora resalta en sus personajes determinadas virtudes que siempre deberíamos practicar.
Son esas virtudes de: caballerosidad, comprensión, empatía, piedad y generosidad las que se quieren poner de relieve en esta obra y por ellas la traigo aquí. Respecto a la competencia lingüística se pretende que los niños aprendan a recitar poesías.

VOCABULARIO:
Cautivo, prender, comedidas, corteses, berberisca, suspiros, huérfano.

DURACIÓN Quince minutos

DIFICULTAD. Escasa. Pensada para niños de segundo o tercer ciclo.

ESCENARIO
Se puede ambientar el escenario con un gran mural en el que podemos dibujar una fortaleza árabe en un extremo de un paisaje campestre y otra fortaleza cristiana en el otro extremo. Se puede completar con símbolos cristianos y moros en torno de una y otra fortaleza.





PERSONAJES

TRES NARRADORAS
CAPITÁN ESPAÑOL. Niño disfrazado de soldado de la Edad Media.
MORO CAUTIVO. Niño disfrazado de guerrero moro.
CABALLOS. Tres niños disfrazados de caballos.






"ROMANCE DEL MORO CAUTIVO"

Comienza la obra y en el escenario aparece el caballero cristiano que lleva cogido y con las .manos atadas al guerrero moro Por el escenario se mueven los tres niños que hacen de caballos.
NARRADORA I.-

Entre los sueltos caballos
de los vencidos Cenetes,
que por el campo buscaban
entre la sangre lo verde,
aquel español de Orán
un suelto caballo prende,

(El niño que hace de caballero español coge uno de los tres caballos. Los demás niños-caballos salen corriendo del escenario)

Un suelto caballo prende,
por sus relinchos lozano
y por sus cernejas fuerte,
para que lo lleve a él,
y a un moro cautivo lleve,

NARRADORA II

Un moro que ha capturado
capitán de cien jinetes.
En el ligero caballo
suben ambos, y él parece,

(Hace como que se suben los dos al caballo)

Suben ambos, y él parece,
de cuatro espadas herido,
que cuatro alas le mueven.
Triste camina el árabe,
y lo más bajo que puede
ardientes suspiros lanza
y amargas lágrimas vierte.

(El moro hace como que llora)
¡Ay de mí, ay de mí!
¡Qué desgraciado soy!

NARRADORA III

Admirado el español
de ver cada vez que vuelve
que tan tiernamente llore
quien tan duramente hiere,
con razones le pregunta
comedidas y corteses,
de sus suspiros la causa,
si la causa lo consiente.

CABALLERO ESPAÑOL

Maravillado me habéis
Y al escucharos pretendo
Y quisiera preguntaros
Si con ello no os ofendo
La causa de esos suspiros
Yo te demando
Respondedme, si quisieres

NARRADORA III

El cautivo, como tal,
sin excusas le obedece,
y a su piadosa demanda
satisface desta suerte;

MORO CAUTIVO

Valiente eres capitán,
y cortés como valiente;
por tu espada y por tu trato
me has cautivado dos veces.
Preguntado me has la causa
de mis suspiros ardientes
y débote la respuesta
por quien soy y por quien eres.
En los Gelves nací, el año,
que os perdisteis en los Gelves,
de una berberisca noble
y de un turco matasiete.
En Tremecén me crié
con mi madre y mis parientes,
después que perdí a mi padre,
corsario de tres bajeles

CAPITÁN CRISTIANO

Por tu vida no deduzco
el motivo por que llores
pues es normal y de uso
en estos tiempos que corren
mueran pronto los padres
y sus huérfanos los lloren

MORO CAUTIVO

Bien dices noble cristiano
más es menester que esperes
a que termine mi historia
y que colijas mi suerte
Junto a mi casa vivía,
porque más cerca muriese,
una dama del linaje
de los nobles Melieneses,
extremo de las hermosas,
cuando no de las crueles,
hija al fin destas arenas,
engendradoras de sierpes.
Era tal su hermosura,
que se hallarán claveles
más ciertos en sus dos labios
que en los dos floridos meses.

(El moro agacha la cabeza y se queda callado)

CABALLERO CRISTIANO

Seguid moro, no os calléis
Que para que yo me entere
Es preciso que contéis
Todo cuanto vos quisieres



MORO CAUTIVO

Cada vez que la miraba
salía un sol por su frente,
de tantos rayos ceñido
cuantos cabellos contiene.
Juntos así nos criamos,
y Amor en nuestras niñeces
hirió nuestros corazones
con arpones diferentes.
Labró el oro en mis entrañas
dulces lazos, tiernas redes,
mientras el plomo en las suyas
libertades y desdenes.
Más ya la razón sujeta,
con palabras que requiere
que su crueldad le perdone,
y de su beldad me acuerde.

CAPITÁN CRISTIANO

Si tanto te maltrataba
No comprendo que lamentes

MORO CAUTIVO

Apenas vide trocada
la dureza de esta sierpe;
cuando tú me cautivaste;
¡mira si es bien que lamente!
Esta, español, es la causa
que a llanto pudo moverme;
mira si es razón que llore
tantos males juntamente.

NARRADORA

Conmovido el capitán
de las lágrimas que vierte,
parando el veloz caballo,
que paren sus males quiere
y en alta voz ya le dice
lo mucho que lo comprende.
CAPITAN

Gallardo moro de Galves,
si adoras como refieres,
y si como dices amas,
dichosamente padeces.
¿Quién pudiera imaginar,
viendo tus golpes crueles,
que cupiera alma tan tierna,
en pecho tan duro y fuerte?


MORO CAUTIVO

Así es mi capitán
Que el amor no para en mientes

CAPITÁN CRISTIANO

Si eres del amor cautivo,
desde aquí puedes volverte;
que me pedirán por robo
lo que entendí que era suerte.
Y no quiero por rescate
que tu dama me presentes
ni las alfombras más finas
ni las granas más alegres.
Anda con Dios, sufre y ama,
y vivirás si lo hicieres,
con tal que cuando la veas
pido que de mí te acuerdes.

NARRADORA.

Apeose del caballo,
y el moro tras él desciende,
y por el suelo postrado,
la boca a sus pies ofrece

(Hacen como si se apaearan del caballo. El moro se arrodilla delante del caballero)


MORO CAUTIVO

Vivas mil años, te digo,
noble capitán, valiente,
que ganas más con librarme
que ganaste con prenderme.
Alá se quede contigo
y te dé victoria siempre
para que extiendas tu fama
con hechos tan excelentes.


FIN