SI QUIERES SER CURADO...VEN DOCUMENTADO.




Un poco de crítica a los formulismos y a los protocolos burocráticos nunca viene mal. Se me ocurrió esta obra cuando vi en televisión un caso de negligencia médica por culpa de los dichosos formulismos y papeleos.
Al principio la escribí más corta y con menos personajes, luego pensé representarla con mis alumnos de primer ciclo para celebrar la fiesta de fin de curso en Peñuelas el año 2.006 y con el fin de que participaran casi todos mis alumnos la amplié quedando como os la paso ahora.
Es una obra con un matiz jocoso pero que pretende reflexionar sobre el respeto.


COMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA. Queda bien poner esta competencia y si de paso algún político o personaje importante de estos que leen solo los titulares se lo creen y van y me publican la obra pues mejor que mejor. Es un decir.

VOCABULARIO: Auxiliar, carnet, certificado de empadronamiento, consultorio, defunción, diarrea, documentación, fonendo, sanitario, urgencias.

ESCENARIO
Se pretende ambientar la antesala de una consulta, es decir, la parte de recepción atendida por enfermeras.
Nosotros colocamos en la pared del fondo del escenario, pero en sentido lateral, una mesa mostrador, detrás de ella se pondrán las dos enfermeras que irán atendiendo a los pacientes a medida que llegan.
Importante rotular dos carteles con letras grandes en los que se lean: "CONSULTORIO DE LA INSEGURIDAD SOCIAL" y “SI QUIERE SER CURADO VENGA DOCUMENTADO”

PERSONAJES:
DOCTOR.- Niño disfrazado de doctor, con su bata blanca, su fonendo colgando del cuello, su título de médico en el bolsillo y el M.I.R ya realizado, importantísimo como sabéis en España.
AUXILIAR. - Niña disfrazada de auxiliar de clínica o de secretaria.
ENFERMERA I.- Niña disfrazada de enfermera, con bata, cofia, medias blancas y todo lo que queráis.
ENFERMERA II. - Niña con el mismo o parecido disfraz. Yo este personaje se lo di a una niña de primero muy "sabidilla".
PACIENTE I.- Niña vestida de enferma, con bata, maquillada con ojeras, despeinada.
MENSAJERO.- Niño vestido de mensajero. Si no podéis, lo disfrazáis de repartidor de pizzas, y si tampoco, pues de cartero, que también se le parece algo.
PACIENTE II.- Niño vestido con un abrigo o una camisa amplia donde oculta un brazo en la manga que queda suelta.

"SI QUIERES SER CURADO...VEN DOCUMENTADO"



SE LEVANTA EL TELÓN

PRESENTADOR. - ¡Buenos días a todos! Los alumnos de sexto vamos a representar una obra de teatro titulada "consultorio de la Inseguridad Social". Es una comedia graciosa que pretende además de divertiros y haceros reír, ser una pequeña crítica al Sistema sanitario Español. Esperamos que os guste y os rogamos que guardéis silencio. A continuación voy a presentaros a los famosísimos actores que intervendrán en esta obra...
NARRADOR. - Si le ponéis mucha imaginación podéis pensar que esto que veis aquí es un típico consultorio de barrio de la Seguridad Social de nuestra querida ciudad de Granada. En este consultorio trabajan, dos médicos, un auxiliar y dos enfermeros y a él acuden todos los días los vecinos del barrio que se encuentran enfermos o que han sufrido algún accidente. Son las ocho de la mañana de un día cualquiera, veréis lo que va a suceder.
AUXILIAR. - (Mirando el reloj) Son las ocho en punto, es hora de empezar a trabajar. (Se sienta, pone los pies en lo alto de la mesa y se pone a leer el periódico, todos los demás médicos y enfermeros hacen lo mismo )
NARRADOR. - Después de estar una hora leyendo el periódico, quiero decir trabajando. A las nueve en punto...
AUXILIAR. - (Mirando nuevamente el reloj) ¡Enfermero, abra la puerta de la calle que vayan entrando los pacientes!
ENFERMERO I. - Ahora mismo señor auxiliar. (Hace como que abre la puerta y todos los enfermos entran agolpados dando voces y armando escándalo dicen)
- ¡A esto no hay derecho!
- Yo llegué primero.
- Así está España.
- Esto es un abuso.
- ¡Viva la Pepa!
ENFERMERO II. - ¡Silencio! ¡Qué respeto es este! Están en un consultorio de la Inseguridad Social. O se callan ustedes o los pongo de patitas en la calle.
(Todos se quedan callados)
NARRADOR. - Muy bien dicho ¿es que con tanto cachondeo se puede trabajar?
DOCTOR I.- Auxiliar, haga pasar al primer paciente que vamos a empezar las consultas.
AUXILIAR.- Muy bien doctor. Ahora mismo le paso al primer paciente.
DOCTOR I. - Y a usted enfermero. Quiero encargarle una cosa.
ENFERMERO I. - ¿Qué doctor?
DOCTOR I. - Que se me ha roto el fonendo y me han dicho los de la tienda que ahora me mandan otro, cuando llegue me avisa, ¿de acuerdo?
ENFERMERO I. - Si doctor.
(Se retira el doctor a su sala particular de consultas)
AUXILIAR. - Que pase la primera paciente doña Josefa Colorado la del ojo morado.
(Aparece en el escenario la primera paciente con el ojo tal como se ha dicho)
NARRADOR. - Como ven ustedes Doña Josefa Colorado era una mujer sencilla, normal y corriente que había tenido la desgracia de chocarse contra un camión de frente. Se le había puesto el ojo morado y venía a que la curaran.
JOSEFA COLORADO. - ¡Buenos días señor auxiliar!
AUXILIAR. - Vamos a ver ¿ha traído toda la documentación?
JOSEFA COLORADO. - Si señor, aquí la tengo.
AUXILIAR. - Enséñeme la cartilla de la Inseguridad Social.
JOSEFA COLORADO. - Aquí la tiene usted.
AUXILIAR. - Y el D.N.I. ¿Lo ha traído usted?
JOSEFA COLORADO. - Si claro, claro. Mírelo.
(En este momento suena una musiquilla de móvil y todos los enfermeros se ponen a comer el bocadillo y a beber café con leche)
JOSEFA COLORADO. - Por favor señor auxiliar atiéndame.
AUXILIAR. - Es la hora del desayuno y sintiéndolo mucho ahora dispongo de una hora para desayunar por lo tanto siéntese y vuelva dentro de una hora
(Disimula, hacen como que se comen el bocadillo y)
JOSEFA COLORADO. – (Gritando) ¿Me van a atender ya?
AUXILIAR. - Ahora me tiene que presentar la partida de nacimiento.
JOSEFA COLORADO. - También la he traído. Esta es. ¿Me van a curar ya el ojo?
AUXILIAR. - No corra usted tanto. Ahora tiene que pasar con mi compañero, el enfermero jefe.
(La paciente se dirige hacia la mesa donde se encuentra el enfermero jefe, que la recibe leyendo el periódico con los pies en lo alto de la mesa)
JOSEFA COLORADO. - Enfermero, yo venía...
(El enfermero sigue leyendo el periódico y no le hace ni caso)
JOSEFA COLORADO. - Por favor señor enfermero...
(El enfermero ahora pasa la hoja del periódico y hace como que lee con mayor interés)
JOSEFA COLORADO. - (Tose, hace ruidos y en vista de que no sirve de nada grita) ¡Señor enfermero!
EFERMERO. - (Habla de mal humor) Nada que no lo dejan a uno ni respirar. ¿Qué quiere usted?
JOSEFA COLORADO. - Yo venía a que el médico me curara el ojo porque me he dado un golpe contra un camión y se me ha puesto morado.
ENFERMERO. - Con que quiere que le curen el ojo. ¿Ha traído usted el certificado de empadronamiento?
JOSEFA COLORADO. - Pues si, también lo he traído, aquí está. ¿Me van a curar ya el ojo?
NARRADOR. - Doña Josefa Colorado era un poco analfabeta y no entendía que para curar un ojo pidan tantos documentos.
ENFERMERO. - No. ¿Ha traído el pasaporte?
JOSEFA COLORADO. - ¿El pasaporte?
ENFERMERO. - Si, el pasaporte.
JOSEFA COLORADO. - Pues si lo he traído, mire usted y además un montón de documentos más, ahí los tiene. (Le pone en la mesa un montón grande de papeles)
¿Me van a curar ya el ojo?
(El enfermero hace como que examina los documentos y dice)
ENFERMERO. - No porque le falta un documento.
JOSEFA COLORADO. - ¿Qué documento?
ENFERMERO. - Me tiene que enseñar el carnet de conducir camiones.
JOSEFA COLORADO. - ¿El carné de conducir camiones? (Se queda con la boca abierta mirando al público)
NARRADOR. - Como pueden ver ustedes a Josefa colorado se le puso cara de tonta.
ENFERMERO. - Si señorita el carné de camionera.
JOSEFA COLORADO. - Pero si yo no era la que conducía el camión, yo iba paseando por la calle.
ENFERMERO. - Lo siento me tiene que presentar el carnet de camionera.
JOSEFA COLORADO. - No lo tengo.
ENFERMERO. - Entonces lo siento mucho, yo no puedo hacer nada por usted.
JOSEFA COLORADO. - ¡Pero...!
ENFERMERO. - (Sin hablar le hace gestos para que pase con su compañero)
JOSEFA COLORADO. - (Se acerca al otro enfermero) Mire usted yo venía porque me choqué contra un camión, se me puso el ojo morado y ..
ENFERMERO II. - (No la deja terminar la frase) Enséñeme el carnet de conducir camiones.
JOSEFA COLORADO. - Pero mire usted...
ENFERMERO II. - (Le extiende la mano para que se lo de) El carnet de conducir camiones.
JOSEFA COLORADO. - Ese no lo tengo, yo tengo el carnet de coches que tiene todo el mundo.
ENFERMERO II. - Pues ese no me sirve, lo siento no podemos curarle el ojo.
JOSEFA COLORADO. - A esto no hay derecho. Ahora resulta que para curarme un ojo tengo que hacerme camionero.
ENFERMERO II. - No proteste señora que no tiene razón, que bien claro lo dice en ese cartel. "Si quiere ser curado venga documentado"
PEPITA COLORADO. - ¡Pero señor...!
ENFERMERO II. - Nada, nada váyase a sacarse el carné de camionero, venga rápido. (La empuja y la echa fuera)
NARRADOR. - Y Dª Josefa Colorado tuvo que irse a su casa con su ojo morado porque ¿A quién se le ocurre chocarse contra un camión y luego querer que lo curen sin tener el carnet de camionero?
(Sale del escenario Pepita Colorado y se adelanta el mensajero)
MENSAJERO. - Señor enfermero yo venía a...
ENFERMERO II. - ¿A usted lo ha llamado alguien?
MENSAJERO. - No pero es que yo no venía a...
ENFERMERA II. - Pues entonces se sienta y espera su turno.
MENSAJERO. - Bueno, bueno.
NARRADOR. - Eso y se está calladito.
(Se sienta el mensajero y aparece nuevamente el doctor)
DOCTOR I. - Enfermero. ¿Ha llegado ya el fonendo?
ENFERMERO I. - No doctor, todavía no.
DOCTOR I. - Pues cuando llegue me lo pasa rápidamente.
ENFERMERA I. - Descuide doctor.
AUXILIAR. - Que se acerque el segundo paciente don Celestino del Pino Capuchino.
D. CELESTINO. - (Se acerca cojeando y quejándose) ¡Ay, qué malito estoy, que malito! ¿Puedo pasar ya al médico?
AUXILIAR. - No. ¿Es usted don Celestino?
D. CELESTINO. - Si, señor.
AUXILIAR. - Antes de pasar para que lo reconozca el doctor debe enseñarme unos cuantos documentos. Vamos a ver empecemos por el primero ¿Ha traído usted la cartilla de la Inseguridad Social?
D. CELESTINO. - El caso es que... (Se echa las manos a la cabeza) Ahora no se dónde la tengo. (Comienza a buscar en todos los bolsillos)
ENFERMERO I. - Rápido que es para hoy.
D. CELESTINO. - Recuerdo que la metí en este bolsillo. Pero ahora no la encuentro.
ENFERMERO I. - En ese caso el doctor no puede atenderle.
ENFERMERO II. - Retírese a su sitio y busque allí la cartilla por favor. No interrumpa. ¡Ande, ande!
D. CELESTINO. - Oiga enfermero, déjeme que me vea el doctor, que estoy muy malito, que me voy a morir ahora mismo. ¡Ay, ay, ay, que me muero!
ENFERMERA I. - ¡Silencio! ¡Váyase de aquí y no haga tanto teatro!
ENFERMERA II. - Además ¿es que no sabe usted leer? En ese cartel lo dice bien claro. (Señalando el cartel) "Si quiere ser curado, venga documentado".
AUXILIAR. - No des más explicaciones enfermero y échelo a la calle.
(Lo echan entre los dos enfermeros a la calle)
NARRADOR. - Lo primero son los papeles, sin papeles no se puede ir a ningún sitio.
Ahora le toca el turno a don Felipillo Flequillo de Cepillo. (Se acerca don Felipillo) ¿Es usted don Felipillo?
FELIPILLO. - Yo me llamo Felipillo.
AUXILIAR. - Bueno es lo mismo. Enséñame tu cartilla de la Inseguridad Social.
FELIPILLO. - Inmediatamente. Aquí la tiene usted. (Se la da y empieza a moverse nervioso)
AUXILIAR. - Ah muy bien. Ahora enséñeme su documento nacional de identidad que parece que es usted muy nervioso.
FELIPILLO. - Gracias señor. Míralo. (Se lo enseña y sigue moviéndose)
AUXILIAR. - Oh. Muy bien, está todo en regla, puede usted pasar con el enfermero. (Felipillo se coloca delante de la mesa del enfermero)
ENFERMERO I. - ¡Dígame! ¿Para qué viene usted al médico?
FELIPILLO. - Pues yo venía al médico porque tengo caguetilla.
ENFERMERO I. - O sea que viene al médico porque tiene una simple diarrea.
FELIPILLO. - No señor, yo no tengo diarrea a mi lo que me pasa es que me cago de golpe. Ya me está entrando la gana otra vez. (Se mueve mucho y se pone la mano en el culo)
ENFERMERA I. - Muy bien. Siéntese un momento que ahora mismo lo paso con el doctor.
FELIPILLO. - Pero no ve que no me puedo aguantar. ¿No me puede atender enseguida? (Se dirige hacia el otro enfermero)
ENFERMERO II. - Nada, nada. Usted se sienta y espera turno como le han dicho. (Lo coge de la mano y lo sienta)
(Ahora se pone en pie el mensajero y se dirige al enfermero II)
MENSAJERO. - Señor enfermero yo venía a...
ENFERMERO II. - Será pesado el tío. ¿No le he dicho que espere su turno?
MENSAJERO. - Pero es que yo no venía a...
ENFERMERO II. - ¡A callar! (Le hace señas de que se calle y de que se siente)
MENSAJERO. - Bueno, bueno.
NARRADOR. - Este tío parece que quiere colarse, s un pesado.
(Aparece el doctor I)
DOCTOR I. - Enfermero. ¿Han traído ya el fonendo?
ENFERMERA II. - No doctor.
DOCTOR I. - Pues cuando lo traigan me lo manda enseguida porque no puedo trabajar.
ENFERMERO II. - Descuide doctor.
(Se retira el doctor y aparece una señorita)
NARRADOR. - Anda que la formalidad que tienen los de la tienda, te dicen que te mandan una cosa y te puedes quedar esperándola tres años.
SEÑORITA MARTA. - (Dirigiéndose a la enfermero I) ¡Hola Luis Alfredo!
ENFERMERO I. - ¡Hola Marta! ¡Cuánto tiempo sin verte!
(Se besan, mua, mua)
MARTA. - ¡Qué alegría me da verte!
ENFERMERO I. - Dime ¿Qué te trae por aquí?
MARTA. - Pues mira tengo un problema y quiero que me vea el doctor con urgencia. ¿Podrás hacerme ese favor?
ENFERMERO I. - Pues claro. Pero dime que te pasa.
MARTA. - Lo mío es muy grave hijo, cuando me he levantado esta mañana, me he mirado al espejo y me he dado cuenta de que se me han caído tres pelos.
ENFERMERO I. - Pero, ¡Qué me dices! ¿Es verdad eso?
MARTA. - Si hijo si.
ENFERMERO I. - ¡Huy qué problemaaaa!
MARTA. - Ya ves, en cuanto me he dado cuenta he venido corriendo.
ENFERMERO I. - Has hecho muy bien ahora mismo te paso con el doctor para que te vea y te ponga un tratamiento.
(La pasa a la sala del doctor y vuelve, los demás pacientes empiezan a armar escándalo)
NARRADOR. - Si siempre ha habido enchufados, ¿de qué se extraña la gente?
AUXILIAR. - Enfermero, mire a ver qué pasa con los pacientes que están armando escándalo.
ENFERMERO II. - Vamos a ver. (Se dirige hacia el grupo de pacientes) ¿Por qué dais esas voces?
PACIENTE I. - Esa mujer se ha colado.
PACIENTE II. - A esto no hay derecho, ha llegado la última y la han metido la primera.
FELIPILLO. - A mí que vengo cagándome no me hacen caso y a ella porque se le caen tres pelos la meten por urgencias.
PACIENTE IV. - Yo quiero el libro de reclamaciones voy a protestar.
ENFERMERO II. - Ya me cansé, ustedes se callan y se aguantan. Ya lo saben. ¡A callar!
(Se levanta otra vez el mensajero)
MENSAJERO. - Señor enfermero.
ENFERMERO II. - ¿Qué quiere usted?
MENSAJERO. - Que yo venía...
ENFERMERO II. - Usted, como todos venía al médico, pero se sienta y espera su turno.
MENSAJERO. - Pero es que yo no venía a...
ENFERMERO II. - Y dale con que venía y con que no venía. Le he dicho que se siente y a callar.
MENSAJERO. - Bueno, bueno.
( En este momento entran en el escenario corriendo, procedente del exterior un hombre ayudado por otros dos que viene cojeando y con el brazo roto.)
HOMBRE DE LA MOTO. - ¡Enfermero, por favor, cúrenme!
AUXILIAR.- ¿Qué le pasa a usted?
HOMBRE DE LA MOTO. - Que me he caído de la moto y me tengo que haber roto el la pierna y el brazo, porque me duele mucho. ¡Ay, ay, ay, mi brazo!
(El auxiliar, con mucha parsimonia abre una libreta y hace como que escribe)
AUXILIAR.- Vamos a ver ¿Cómo se llama usted?
HOMBRE DE LA MOTO. - Me llamo... Venga cúreme el brazo ya.
AUXILIAR. - ¿Dónde vive?
HOMBRE DE LA MOTO. - Aquí en Granada. ¿Me vais a curar ya?
AUXILIAR. - ¿Está soltero o casado?
HOMBRE DE LA MOTO. - Estoy soltero. Pero curarme ya que me duele mucho el brazo.
AUXILIAR. - Un momento no corra tanto. ¿Tiene usted novia?
PACIENTE DE LA MOTO. - Y a usted qué le importa. Vengo con el brazo roto y a usted no se le ocurre otra cosa más que preguntarme si tengo novia. Esto es el colmo.
AUXILIAR.- Un momento. ¿Quién es aquí el sanitario? ¿Usted o yo?
PACIENTE DE LA MOTO.- Usted, usted.
NARRADOR. - Las cosas se tienen que quedar bien claras.
AUXILIAR.- Pues entonces a callar. Y ahora me ha hecho enfadar y si quiere que lo curemos nos tiene que enseñar la cartilla de la inseguridad social y su D.N.I.
PACIENTE DE LA MOTO.- Primo enséñale tú los papeles que yo no puedo.
PRIMO. - ¿Y dónde los tienes?
PACIENTE DE LA MOTO. - En el casco.
PRIMO.- Tenga usted el carné de identidad y la cartilla de la inseguridad social. ¿Van a curar ya a mi primo?
AUXILIAR.- (El enfermero lo coge lo mira y…) Muy bien. Ahora me enseña su carné de conducir.
PRIMO.- ¿El carné de conducir? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?
ENFERMERO I.- Algo tendrá que ver. ¿No dice que se ha caído de la moto? Pues venga el carné de conducir motos. (Le pone la mano para que se lo dé)
PRIMO.- Pues mire usted por donde lo tengo aquí. (Con burla) Aquí lo tiene. ¿Ahora ya sí le curarán el brazo a mi primo?
ENFERMERO I.- Pues no. Ahora me tiene que presentar el título de bachillerato.
PACIENTE DE LA MOTO.- ¡El título de bachillerato! ¡Esto es el colmo! Vengo con el brazo roto para que me lo curen y me piden el título de bachiller. Es increíble.
AUXILIAR.- ¡Venga, venga! El título de bachillerato.
(El paciente rebusca en su maletín y lo encuentra)
PRIMO.- ¡Anda! Pues lo tenemos aquí. ¡Chínchate! Toma título de bachillerato. Y ahora a curar a mi primo ¡Venga, rápido!
AUXILIAR.- Un momento, no corra usted tanto y pase usted con mi compañero.
(Pasan todos al enfermero II que los recibe escuchando la radio)
PRIMO. - Vamos señor enfermero deje de escuchar música y atiéndanos que traemos a mi primo con el brazo roto.
ENFERMERO II . - ¡Es que no ven que estoy ocupado! ¡A qué viene tanta prisa!
PRIMO. - ¡Es que no ve que trae el brazo hecho pedazos? (Le ponen el brazo en lo alto de la mesa)
ENFERMERO II. - Pues si quiere que lo curemos debe presentarme unos cuantos documentos.
PRIMO.- Pero ¿es que nos van a pedir más papeles todavía?
ENFERMERO II.- Pues sí. Ahora necesito que me enseñe el permiso de tirar cohetes.
PRIMO.- ¡El permiso de tirar cohetes! Pues mira por donde lo tenemos aquí, anda toma. ¡Chúpate esa!
ENFERMERO II.- No se ponga tan chulillo que veo que le falta un documento.
PRIMO- ¡Que nos falta un documento! Si los hemos traído todos. ¿Qué documento nos falta?
ENFERMERO II.- Pues veo que le falta el certificado de defunción de la cuñada de su suegra.
PACIENTE DE LA MOTO.- ¿El certificado de defunción de la cuñada de mi suegra?
ENFERMERO. - Sí señor.
PACIENTE DE LA MOTO.- Pues mire usted por donde lo tengo aquí.
ENFERMERO II.- ¡Caramba! Veo que es usted muy precavido. Pero dígame ¿Trae la partida de nacimiento del faraón Tutankamon?
PRIMO.- No, esa no la hemos traigo. Pensé que no nos iba a hacer falta.
ENFERMERO II. - Pues es imprescindible. Sin ella no podemos atenderle.
PACIENTE DE LA MOTO.- Le juro por mis niños (Se pone de rodillas) que la he dejado encima de mi mesita de noche, en mi dormitorio. Atiéndame que yo se la traeré mañana. Y si quiere le puedo traer también la de Cleopatra, que las tengo las dos juntas.
ENFERMERO II.- Lo siento por ustedes, porque tienen cara de buenas personas, pero sobre este punto tenemos órdenes muy estrictas. Lo ve usted en ese cartel “Si quiere ser curado venga documentado” Comprenda que no se puede ir así por la vida, sin documentos ni papeles que lo identifiquen. Le puede ocurrir a usted cualquier cosa y nadie sabe quién es. Si todo esto lo hacemos por el bien de ustedes.
NARRADOR. - Encima tenemos que estar agradecidos de que nos pidan tntos documentos.
PACIENTE DE LA MOTO.- ¿Y qué hago yo con mi brazo?
ENFERMERO I.- Recoja todos los pedazos y lléveselo a su casa que me está ocupando toda la mesa. (Le tira el brazo al suelo)
PACIENTE DE LA MOTO. - ¡Ay, ay, ay! No me tire el brazo al suelo, que me duele mucho.
ENFERMERO II. - Venga, recojan su brazo y váyanse de aquí que están estorbando.
(Se retiran protestando y se vuelve a formar jaleo entre los pacientes)
MENSAJERO. - Señor enfermero que yo venía a...
ENFERMERO II. - Ya está aquí otra vez el tío pesado de siempre con el venía y con que no venía.
MENSAJERO. - Si señor enfermero pero es que yo no venía a ...
ENFERMERO II. - Pero no le he dicho que espere su turno y a callar, parece que está loco.
MENSAJERO. - Bueno, bueno
PACIENTE I. - A esto no hay derecho.
PACIENTE II. - Así funciona la Inseguridad Social.
FELIPILLO. - Yo ya me he cagao las patas abajo.
PACIENTE IV. - Quiero el libro de reclamaciones.
AUXILIAR. - Un momento ahora mismo llamo al doctor Feliciano que tiene servicio de urgencias para que los atienda. Doctor Feliciano Matasanos acuda a la sala de recepción por favor.
(Viene corriendo el doctor Feliciano)
D. FELICIANO. - Aquí estoy. ¿Qué pasa?
ENFERMERO I. - Que la gente no para de protestar, ya ve usted quieren que los atiendan.
D. FELICIANO. - Pues yo los atiendo en un momento. ¿Quién es el primero?
AUXILIAR. - La primera es doña Carmela la que tiene varicela.
(Pasa doña Carmela y se coloca al lado del doctor, el doctor hace como que escribe recetas)
Dr. FELICIANO. - Le voy a recetar unas inyecciones de antibióticos para la garganta.
CARMELA. - Pero doctor si no le he dicho lo que me pasa.
Dr. FELICIANO. - Calle, calle también le receto un jarabe para el dolor de barriga.
CARMELA. - Pero doctor si no le he dicho lo que me duele.
Dr. FELICIANO. - Las prisas señora, esto pasa por las prisas también le receto una crema para las manos.
CARMELA. - Pero doctor...
Dr. FELICIANO. - ¿Quiere más? Pues le receto unos supositorios para hacer de vientre.
CARMELA. - Doctor si yo lo que quería era que me viera la vista.
Dr. FELICIANO. - Encima quiere que le vea la vista. Esto es el colmo. Yo no tengo tiempo para tanto. Venga otro día. Enfermera pase al siguiente.
(Se va doña Carmela)
AUXILIAR. - El siguiente es don Bernardo el del dolor de estómago.
(Se adelanta don Bernardo)
D. FELICIANO. - Dígame qué le pasa.
D. BERNARDO. - Que me duele mucho el estógamo.
DOCTOR FELICIANO. - Con que le duele el estómago.
D. BERNARDO. - Si doctor, me duele mucho el estógamo. ¿de qué será?
DOCTOR FELICIANO. - Yo creo que es cosa de los nervios que se le han metido en el estómago y por eso le duele.
D. BERNARDO. - ¿Y qué me va a recetar?
DOCTOR FELICIANO. - Nada. No le voy a recetar nada. Lo que voy a hacer es sacárselos. Enfermero traiga los alicates que le voy a sacar los nervios del estómago.
(Viene la enfermera II con los alicates)
ENFERMERA II. - Aquí tiene los alicates doctor.
(El doctor coge los alicates y se dispone a metérselos por la boca)
DOCTOR FELICIANO. - Abra la boca que voy a sacarle los nervios.
D. BERNARDO. - Espere doctor creo que ya se han salido solos.
DOCTOR FELICIANO. -No me diga y ya no le duele el estómago.
D. BERNARDO. - Nada, el estógamo no me duele ya ni migita. Gracias por curarme doctor.
DOCTOR FELICIANO. - Enfermera ¿Quién es el siguiente paciente?
AUXILIAR. - La siguiente paciente es la señora doña Beredice la de las varices.
(Se levanta la paciente Beredice y se acerca al doctor)
DOCTOR FELICIANO. - Cuénteme lo que le pasa a usted.
BEREDICE. - Mire usted yo tengo varices en las piernas y me las veo muy mal. Siempre que me miro las piernas me las veo y es que me afean mucho doctor.
DOCTOR FELICIANO. - Ya, ya así es que se ve usted varices.
BEREDICE. - Si doctor ¿De dónde me vendrán? ¿Será por estar mucho tiempo de pies?
DOCTOR FELICIANO. - Que va, yo creo que el problema de las varices le viene de los ojos.
BEREDICE. - Cómo va a ser de los ojos, si la vista la tengo muy bien.
DOCTOR FELICIANO. - Por eso señora, por eso.
BEREDICE. - Pues yo no lo entiendo qué tiene que ver una cosa con la otra y además ¡qué me va a recetar?
DOCTOR FELICIANO. - Le voy a recetar un par de parches para que se los ponga en los ojos y así no verá más sus varices.
BEREDICE. - Pero doctor.
DOCTOR FELICIANO. – Nada, nada póngase los parches. Adiós. Enfermero, haga pasar al siguiente.
AUXILIAR. - Que pase el siguiente paciente que es Juanma el fantasma.
DOCTOR FELICIANO. - Mientras viene el siguiente enfermo voy mirar la lista de pacientes.
FANTASMA, - Ya estoy aquí doctor.
DOCTOR FELICIANO. - A muy bien, póngase cómodo y dígame lo que le pasa.
FANTASMA. - Lo primero que noto que me pasa es voy flotando por el aire.
DOCTOR FELICIANO. - Eso no es malo señor Juanma.
FANTASMA. - Si pero es que además, no me canso nada.
DOCTOR FELICIANO. - Ese es buen síntoma significa que tiene buena capacidad pulmonar.
FANTASMA. - Pero doctor si el problema es que tampoco respiro.
DOCTOR FELICIANO. - Hombre eso no me lo creo algo tiene que respirar usted, dígame qué más le pasa porque por lo que me cuenta tiene una salud de hierro.
FANTASMA. - Bueno pues lo que me pasa también es que soy capaz de atravesar las paredes.
DOCTOR FELICIANO. - ¿No me dirá que es usted un ladronzuelo?
FANTASMA. - No doctor, lo que me pasa es que me gusta andar por los cementerios.
DOCTOR FELICIANO. - No me diga más usted tiene complejo de fantasma.
FANTASMA. - No doctor, no tengo complejo de fantasma, yo soy un fantasma.
(El doctor ahora se da la vuelta, lo mira y se asusta)
DOCTOR FELICIANO. - ¡Socorro, un fantasma, bicho, bicho fuera de aquí. Enfermero no permita que pasen más fantasmas a mi consulta que me va a dar un infarto.
FELISA. - Atiéndanme a mí, que tengo mucha prisa. Que llevo dos horas esperando.
Dr. FELICIANO. - Enfermero pase usted a esta señora para que se calle ya de una vez.

NOTA DEL AUTOR. Reconozco que me pasé metiendo personajes porque tenía muchos alumnos y todos querían participar por lo que si la obra se os hace larga y la veis con demasiados personajes pues ni mil palabras más, cortáis por donde queráis y curáis de momento a la mitad de los enfermos y ya está seguro que nadie os va a decir nada.

AUXILIAR. - Que pase el siguiente paciente doña Felisa la de las prisas.
(Entra doña Felisa)
FELISA. - Atiéndame doctor que tengo mucha prisa, he perdido aquí toda la mañana. A esto no hay derecho. La Inseguridad Social funciona fatal, es un desastre.
DOCTOR FELICIANO. - Bueno a mí no me eche usted la bronca que yo no tengo la culpa, que llevo todo el día trabajando.
FELISA. - Bueno entonces la tendré yo.
DOCTOR FELICIANO. - Tengamos la fiesta en paz. Dígame qué le pasa. ¿Se le ha roto la cabeza y se le han salido los sesos? ¿Trae las tripas en la mano?, ¿se le ha parado el corazón? ¿Por qué tiene tanta prisa?
FELISA. - Pues no me pasa nada de eso. Si me pasara todo eso que dice no habría venido al médico, estaría moribunda en la cama.
DOCTOR FELICIANO. - Entonces ¿Me dice de una vez para que ha venido usted al médico?
FELISA. - Si he venido a por recetas.
DOCTOR FELICIANO. - Y ¿Puedo saber qué quiere que le recete?
FELISA. - Quiero que me recete aspirinas para el dolor de cabeza, antibióticos para la infección de garganta, supositorios para hacer de vientre, jarabe para la tos...
DOCTOR FELICIANO. - ¿Y qué más?
FELISA. - ¡Ah! Y una caja de bombones para mí.
DOCTOR FELICIANO. - Pero señora que los bombones no se pueden recetar.
FELISA. - ¿Cómo, que no me puede recetar una caja de bombones?
DOCTOR FELICIANO. - No señora lo otro si pero los bombones no.
FELISA. - Pues si no me receta los bombones me voy porque las demás cosas no me las voy a tomar.
(Se levanta el mensajero y se acerca a la mesa de la enfermera)
ENFERMERO II. - ¡Por fin le ha tocado a usted!
MENSAJERO.- Yo venía a...
ENFERMERO II.- Sí ya sé. Usted venía y usted no venía. Creo que necesita que el doctor le revise los tornillos porque se le debe haber aflojado alguno.
(Sale el doctor y dice dirigiéndose al enfermero)
DOCTOR.- Pero ¿qué pasa con el fonendo? Yo me voy a mi casa, así no puedo trabajar.
ENFERMERO II. - No se vaya todavía doctor que nos queda otro paciente. El pobre creo que está mal de la cabeza y habrá que mandarlo al manicomio.
MENSAJERO.- ¿Puedo hablar con usted doctor?
ENFERMERO II. - No lo deje doctor, le va a decir siempre lo mismo que a mi, “que si yo venía y que si yo no venía”… el pobrecito está como una regadera.
DOCTOR.- De todas las formas tiene derecho a que lo escuchemos. Dígame usted lo que le pasa.
MENSAJERO.- Doctor yo venía...
ENFERMERO II. - Lo ve doctor, ya se lo dije, y ahora dirá “yo no venía”...
DOCTOR.- Enfermero, cállese usted y deje hablar al paciente.
MENSAJERO.- Gracias doctor por dejarme hablar, cosa que esta enfermera no me ha dejado hacer durante más de dos horas.
ENFERMERO II. - ¡Que yo no lo he dejado hablar! ¡Qué está diciendo!
DOCTOR.- Enfermero, le ordeno que se calle usted y que permita hablar a este hombre. Si no la despido ahora mismo.
ENFERMERO II. - Vale, si usted quiere yo me callo pero verá usted como no sirve de nada si toda la mañana...
DOCTOR.- (Al límite de la desesperación) ¡Cállese y déjelo hablar!
ENFERMERO II. - Me callo, me callo. Para decirme que me calle no hace falta ponerse así. Que hable aquí el loco, ya estoy callada.
MENSAJERO.- Verá doctor, como les decía antes, yo venía a traerle el fonendo que usted doctor nos había encargado.
ENFERMERO II. - ¿Y por qué no me lo dijo usted antes?
MENSAJERO.- Porque usted no me dejaba terminar nunca las frases de “yo venía a traer el fonendo y yo no venía a la consulta del doctor”, por lo tanto doctor yo creo que a la que hay que llevarse al manicomio es a la enfermera, no a mí.
ENFERMERO II. - ¡Que a mi me vais a llevar al manicomio! ¡A mi que soy la mejor enfermera del mundo!
MENSAJERO.- Sí, a usted que no deja hablar a nadie.
(Se ponen los dos a dar voces y hacer como si se pelearan diciendo cosas como: “el loco es usted”, “a mi me vas a decir loco” etc…)
DOCTOR.- (En voz alta) ¡Cálmense todos y todos vayan saliendo! Porque con fonendo y sin fonendo el público se está riendo y colorín colorado el teatro ha terminado.
FIN